domingo, 16 de enero de 2011

Despues del parto


Hola a todas/os!
Antes de escribir la entrada quiero deciros que esto que voy a contar es mi experiencia personal, habrá gente que se sentirá identificada porque habrá pasado por lo mismo y habrá gente que a lo mejor en un futuro próximo pase por eso. Pero también estoy segura que la mayoría de las que estáis embarazadas llegareis a termino y no pasareis por esta situación, así que tranquilas, no os preocupéis por nada al leer la entrada.

Llegué la habitación de la planta sobre las tres de la tarde, mis padres y mi marido estaban ahí esperándome. Ninguno habíamos ido aun a neonatos, ellos solamente habían visto a los mellizos un segundo cuando salían del quirófano ya dentro de sus incubadoras para ser trasladados a su nueva ubicación la unidad de cuidados intermedios de neonatos.

Sobre las cinco de la tarde decidió mi marido ir a preguntar cual era el estado de los bebes y hablar ya directamente con el pediatra, preguntar que normas había y cuando podíamos ir a verlos. Mientras tanto yo seguía en la cama ya que era imposible que me pudiera mover después de la cesárea, pensando únicamente cuando podría verles y empezar a darles el pecho o por lo menos intentarlo.

Al volver mi marido traía una cara seria, de preocupación, pensamos que era normal, que no debió de ser agradable ver a los peques ahí metidos pero la cosa iba mas allá.
Cuando le pregunte como estaban y cuando iba a poder darles el pecho me dijo que estaban regular y que lo de darles el pecho con Alejandra en principio si que iba a ser posible pero con Chema complicado pues el pobre tenia problemas y no podía respirar. Imaginaros la situación, entre lo delicada que estaba por la cesárea y esa noticia empecé a llorar y ni mi madre ni mi marido encontraban la forma de consolarme.

Esa tarde las visitas fueron nulas, ya que debido a mi estado anímico no me apetecía ver a nadie, se suponía que debía ser un día alegre, habían nacido mis mellizos pero para mi el día se había vuelto bastante triste.
Además normalmente la gente va a los hospitales a ver a los bebes, y yo no los tenia conmigo, motivo de mas para que únicamente estuvieran mis padres, mi marido y una prima mía que vino cinco minutos a la cual considero como mi hermana mayor. Tengo que agradecer a toda la gente que quería venir y no vino, que en esos momentos respetaran mi decisión. La verdad es que fueron muy comprensivos y entendieron perfectamente lo que estaba pasando ese primer día después del parto.

Sobre las 9 de la noche aparecieron por mi habitación dos primas mías, la matrona y otra que también trabaja en un hospital en el área de bebes, con una silla de ruedas dispuestas a levantarme de la cama (tarea un poco difícil porque me habían dejado un bolo de anestesia puesta y mis piernas no respondían demasiado)para llevarme a la sala de neonatos para que conociera a mis pequeños.
Mis sentimientos mientras nos dirigíamos hacia allí eran contradictorios, por una parte tenia unas ganas locas de abrazarlos, de verlos, de sentirlos cerca de mi, pero por otra no sabia lo que me iba a encontrar, ni como iba a reaccionar cuando los viera…
Llegamos a la puerta de la sala y mi corazón iba como loco, disparado, por fin los iba a ver., después de tantos meses iba a tenerlos ya conmigo, o eso al menos pensaba yo en ese momento.

Cuando cruce la puerta y después de todo el protocolo de rigor, manos lavadas, bata puesta… nos llevaron a una sala, la mas lejana de la puerta, la que no se podía ver a través de las cristaleras, y ahí estaban ellos… No puedo describiros lo que sentí al verlos, las que hayáis pasado por ahí os lo podéis imaginar, las que no os puedo decir mas o menos que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y no pude mas que llorar. Llorar porque los estaba viendo y llorar por como me los encontré, sobretodo a Chema.

Eran dos seres diminutos, no pesaban mas de dos kilos, y ahí estaban luchando como dos torillos por salir adelante, sobretodo el peque. Alejandra en principio estaba mejor y me la dejaron coger, fue la sensación mas maravillosa que una madre puede experimentar. Pero la alegría de tener a Alejandra en mis manos no me llenaba del todo ya que el pequeño de la casa (nació el segundo) estaba lleno de cables, con oxigeno, goteros, sondas…
La mezcla del malestar después de la cesárea y la impresión que me causo verlos ahí, en esas condiciones hicieron que me mareara y me tuvieran que llevar de vuelta a la habitación.

Una vez allí, mi mente empezó a hacerse miles y miles de preguntas entre ellas la típica, porque a mi. Y a esa pregunta aun no le he encontrado respuesta. Cumplí todo lo que me dijeron los médicos en el embarazo y aun así me toco pasar por esa experiencia, que creo me hizo un poco mas fuerte, aunque es verdad que hubiera preferido no haber tenido que pasar por ella nunca.

Únicamente puedo decir que al final y después de mucho luchar los dos, los pude sacar de ahí y llevármelos a casa y ahora están fenomenal.
Digo después de mucho luchar porque Chema estuvo a punto de irse para siempre pero eso lo contare en el próximo post, cuando os cuente como eran las visitas durante los 21 días que prácticamente vivimos metidos ahí dentro.

Hasta mañana!

9 comentarios:

  1. Creo que habéis sido muy valientes y habéis sido recompensados. Ánimo con esos dos peques que están para comérselos.

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  2. No puedo parar de llorar, Otro día me animo y te cuento que yo viví casi lo mismo que tú.

    Ahora no puedo. Un beso.

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  3. Hola! A mi también se me caían las lagrimas al recordarlo. Pero en cuanto te animes me cuentas tu historia que estoy deseando oírla. Un beso y animo

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  4. Me has emocionado. Solo pienso en cómo será el día en que ve a mi bebé. Sin palabras.

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  5. Madre mía!!!, aqui estoy llorando a moco tendido...no sé si me tocará pasar por eso pero solo deseo ser tan fuerte. Yo tengo mucho miedo de si hay algo que esté en mis manos para evitarlo, pero creo q no..

    Un beso
    Cristin

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  6. Hola!
    Tu lo que tienes que estar ahora es tranquila y no preocuparte por nada, lo que tenga que ser, sera. Y ya veras como te sale todo bien.
    Un beso

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  7. Hola Charo, mi nombre es Francisca. Me ha conmovido lo que has contado. Lo cierto es que es muy duro vivir una situación así de angustiante cuando has pasado un buen embarazo, es como si no tuviera sentido, verdad. Mi hijo también estuvo en neonatos pero afortunadamente todo fue bien. Me alegro que los pequeñitos estén tan bien ahora como cuentas. Me ha gustado mucho tu blog, es muy ameno y cercano. Hay muchos blogs de maternidad pero transmitir sentimientos, conmover y a la vez dar información para aprender no es fácil.
    Un saludito desde Málaga.
    Francisca

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  8. hola Francisca! La verdad es que cuando te pasan esas cosas siempre piensas porque me ha tenido que tocar a mi... Pero bueno por fortuna todo salio bien al final y ahora tengo a los dos peques conmigo. Y no veas la guerra que da el peque!!!
    Muchas gracias por tu comentario, la verdad es que intento ayudar con lo que yo he vivido a otras madres que por alguna razon tengan que pasar por ahi.
    Un beso desde Valencia!
    Charo

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