Hoy la entrada es sobre el colecho, tema que Xenia planteo ya que tenia gran interes en el, y como la verdad es que yo no lo practico por muchas razones, le he pedido a una gran experta en el tema que hablara de ello, es Raquel y ya ha escrito algun articulo en el blog, asi que os dejo con ella.
"Me pide nuestra amiga Charoru que hable sobre el colecho; quizá lo mejor
es definirlo.
Colecho es compartir el lecho. Eso que hacemos de forma natural con
nuestras parejas, pero que necesita un nombre para referirnos a la forma
de dormir con nuestros hijos.
El 85% de las familias en el mundo colechan con sus hijos. Muchos de ellos
lo hacen porque no les queda más remedio, y por eso no se lo plantean.
Cuando toda la familia duerme en una sola habitación, que probablemente
también es la cocina, sala de estar y de todo, nadie se cuestiona dónde
duerme un bebé.
El debate está en las sociedades "desarrolladas". Y entre ellas, tenemos 2
extremos: en Japón es tradicional que toda la familia duerma junta. Los
niños al crecer, duemen junto a los abuelos, en señal de respeto; al
principio, duemen junto a su madre, por cuestiones prácticas. En Estados
Unidos, lo normal es que un bebé jamás comparta, no solo la cama, sino ni
siquiera el cuarto. Se supone que así los niños son más independientes.
En el fondo es una cuestión de costumbres, y una cuestión de educación;
una decisión de los padres en la que, en principio, nadie debiera
inmiscuirse.
Es como dar el biberón o la teta, o reñir o permitir, ... Cuando tenemos
información, toda la información posible y podemos elegir libremente,
entonces nadie tiene derecho a decirnos si debemos hacer una cosa u otra.
El problema con estas cosas normalmente, es que quien se mete suele ser el
que está en contra, y suele rodearse de teorías científicas para
convencernos de hacer lo contrario.
En el caso concreto del colecho, el argumento más manido es que los niños
se mueren asfixiados o de Muerte Súbita del Lactante.
Si los padres no toman ninguna sustancia que altere sus ciclos de sueño,
vamos, si los padres no se quedan inconscientes al dormirse, y lo hacen en
una cama firme sin huecos ni almohadones, es imposible que el niño muera
asfixiado.
Respecto al Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, en primer lugar hay
que tener en cuenta la bajísima incidencia de la situación. Hace unos
meses, en una charla a pediatras sobre el tema, una pediatra mayor, que
llevaba muchos años de profesión, advertía de la obsesión por el tema de
la Muerte Súbita, y admitía que ella en todos sus años de ejercicio, nunca
había visto un caso.
Aún así, como todas las cosas inexplicables son objeto de estudio, y como
a los científicos les puede esto de no tener todo bajo control, hay muchos
datos de la muerte súbita.
No voy a hacer de menos esos estudios, porque la incidencia del Síndrome
bajó sensiblemente cuando se descubrió una relación inversa entre los
niños que dormían boca arriba y la Muerte Súbita; este descubrimiento hizo
que los pediatras pasaran a recomendar la posición en decúbito (boca
arriba) para dormir.
Respecto al colecho, se ha descubierto que hay más incidencia del Síndrome
cuanto más lejos está el niño de su madre; es decir: menos incidencia en
bebés que duermen con sus madres, algo más en bebés que cohabitan
(comparten habitación, aunque no cama) y sube sensiblemente en bebés que
duermen en otra habitación.
Es decir: si queréis dormir con vuestros hijos, adelante, hacedlo. No les
vais a asfixiar, les protegéis contra el Síndrome de la Muerte Súbita del
Lactante, y si habéis optado por dar el pecho, las tomas nocturnas serán
mucho más sencillas y nadie estará cansado.
Pero para ello, hay que tomar una serie de precauciones:
- La cama debe ser firme; los colchones de agua pueden ser peligrosos.
Dormir en sofás, con huecos y cojines, es peligroso.
- Los padres no deben ser fumadores. Durante el sueño, se expele el CO2
que los pulmones han ido acumulando a lo largo del día.
- Los padres no deben ser obesos (me refiero a obesidad mórbida), ya que a
partir de cierto peso es difícil controlar los movimientos.
- Los padres no deben tomar medicación que altere la consciencia, como
barbitúricos.
Con estas sencillas pautas, que se resumen en usar una buena cama sana
para la espalda de todos los miembros de la familia, y llevar una vida
saludable (vamos, lo aconsejable para todo el mundo), podéis estar seguros
de que el colecho va a suponer un beneficio.
Siempre y cuando vosotros queráis, claro.
Raquel García
www.latetaymas.com"