martes, 18 de enero de 2011

Por fin Alejandra se venia a casa

 
 
Lo recuerdo perfectamente, era martes, a las 12 del mediodía cuando la pediatra nos dijo que al dia siguiente, en la visita de las doce trajésemos todas las cosas para vestir a Alejandra, pues ya le iban a dar el alta y podíamos llevárnosla con nosotros a casa. Para nosotros esa noticia era la mejor del mundo, por fin, íbamos a tener a uno de los dos en nuestra casa, con nosotros.

Esa tarde lo dijimos a la familia, y claro, todo el mundo estaba emocionado por la noticia. Tengo que decir que nadie a excepción de dos o tres personas habían podido verla en la unidad de neonatos, pues donde ellos estaban las normas eran bastante rígidas y al haber estado malitos solo se nos permitía la entrada a su padre y a mi.

Nos pusimos a prepararlo todo con muchísima ilusión. La minicuna la pusimos en nuestro cuarto,( pues la habíamos sacado cuando llegamos del hospital, ya que a mi me resultaba de lo mas doloroso verlas ahí, al lado de la cama vacías). La bolsa con su ropita, el faldón, la camisa, el suéter, el gorro que con tanta ilusión le había hecho su abuela para cuando saliera…

Fue una noche de nervios, apenas pudimos dormir, llevábamos tanto tiempo esperando…

Pero como siempre algo tenia que fallar y así fue. Cuando fuimos al hospital a las nueve a darle el biberón y a ver a Chema, pues el estaba con sonda y lo único que podíamos hacer era tocarlo por los agujeritos de la incubadora, vino la pediatra y nos dijo que la iban a tener un día mas en observación, pues había sangre en sus deposiciones y no se querían arriesgar. Así que con toda la pena del mundo llamamos a nuestros familiares y les explicamos la situación.
Ese día seguimos yendo al hospital, como todos los días, llegábamos, yo me extraía la leche se la dábamos en el biberón a Alejandra y a Chema se la metían por sonda.
Chema seguía delicado y lo único que podíamos hacer era coger su manita por los agujeros de la incubadora y hablarle, pocas veces abría los aojitos pero era suficiente para mi ver que estaba ahí moviéndose como una lagartija intentándose por todos los medios quitarse las vías y los cables que llevaba en el cuerpo,( las enfermeras decían que tenia una gracia especial pues se quitaba las vias de la cabeza restregándose con las sabanas y las sondas a tirones, al pobre incluso le tuvieron en alguna ocasión que atar las manitas para que no lo hiciera, pues al final se podía hacer mucho daño el mismo). Ya que los días anteriores estaba quieto, sin ganas de nada, luchando como un toro por salir adelante, el estar moviendose sin parar era una buena señal.

He de deciros que cuando salio de la fase de peligro por la intoxicación el medico nos dijo que había salido no por el antídoto, que por supuesto había ayudado, sino porque era prematuro y su hígado no había llegado a absorber todo el paracetamol, ya que era inmaduro.

Al día siguiente, era día 14 de octubre, aniversario de boda de mis padres, cuando llegamos a las nueve de la mañana nos esperaba un notición, Alejandra se venia de verdad a casa, así que corriendo cuando salimos preparamos otra vez su ropa y ahí estábamos como un reloj a las doce de la mañana dispuestos a llevarnos con nosotros a la niña mas guapa del mundo ( eso lo digo yo que soy su madre).
Podéis imaginaros la sensación al salir de neonatos con ella, nuestra alegría era enorme pero por otro lado dejábamos la mitad de nuestro corazón en Chema, que se quedaba allí solito sin su hermana.
Nos dirigimos nada mas salir a casa de mis padres, iba a ser su mejor regalo de aniversario, cuando llegamos ahí estaban ellos, y no solo ellos también mis primas y mis tías, esperando ver a Alejandra, pues como ya he dicho antes nadie la había visto aun. Fue un momento emocionante, la verdad es que recuerdo que todos se volcaron en ella y por supuesto nadie se olvido de Chema.
Así que comimos rápido, dejamos ya a la niña con sus abuelos, y a las tres volvimos al hospital a ver a nuestro pequeño que en esos momentos era el que mas cariño necesitaba, pues estaba ahí solito, sin su mama ni su papa que lo abrazaran en los momentos malos que paso.

Y así pasaron los días, Alejandra ya en casa y nosotros dividiendo nuestro tiempo ente los dos peques, con la ayuda por supuesto de nuestros familiares que se quedaban con la peque mientras nosotros seguíamos con nuestra rutina diaria de ir cada tres horas a ver a Chema, esa semana fue aun mas agotadora que las anteriores, pues intentábamos llegar a todo, y aunque fue difícil al final lo conseguimos.
 
He de deciros que Alejandra se acostumbro muy bien desde el principio, es una niña muy buena, y los primeros días que estuvo en casa por las noches había incluso que despertarla para que comiera, pues al ser tan pequeña, apenas 2 kilos, tenia que comer por obligación cada tres horas. Ahora duerme toda la noche de un tirón, y tiene solo tres meses, bueno en realidad lo de dormir toda la noche lo hace ya desde que tenia dos meses y nos dijeron que ya no hacia falta que la despertáramos para tomar el biberón de la noche.

Pero el tema de dormir lo trataremos en un próximo post. Mañana hablaremos sobre lactancia materna , biberón o ambos combinados.
Hasta mañana!

4 comentarios:

  1. Ay niña, se me ha caído alguna lagrimilla...y estoy en la ofi...que vergüenza ;)

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  2. Hola! la verdad es que es emocionante cuando por fin te la puedes llevar a casa. Un beso

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  3. Uffff, yo no vi el momento de llevarme a mi hijito a casa y luego hasta tenía dependencia del hospital. Desafortunadamente mi marido tuvo que volver al trabajo y yo pasé los 15 días siguientes sola. Hice tantas amigas allí que luego las echaba de menos. Echaba de menos hasta el ruidito de las máquinas que tanto me crispaba cuando estaba allí.
    Pero al fin le tenía para mi solita y podía enseñar mi niño a todo el mundo.

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  4. A mi tambien me crispaba el pitidito de esas maquinas, pero al final cuando ya llevas un tiempo te acostumbras ehh.
    COmo tu dices cuando por fin te vas a tu casa con tu bebe es lo mas emocionante del mundo
    Besos

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