miércoles, 5 de septiembre de 2012

Algunos consejos para llevar mejor la vuelta al cole

Buenos días,

Ayer tuvimos la reunión en el cole, y es que este año los peques dejan la guardería a la que fueron tan contentos el año pasado, y van a un cole de mayores en el que hay un curso de guardería.

Con esto nos asegurábamos por una parte que tuvieran ya plaza para el año que viene, ya que es bastante difícil entrar, y por otra parte que empezaran ya con la línea que nos gustaba.

En realidad la forma de hacer las cosas que tienen ahí es bastante parecida a la de la guardería, aunque hay algunas cosas que la diferencian y se parece mas a un cole de mayores.

Para las que vayáis a pasar por esto por primera vez, os diré que pocos consejos os puedo dar, ya que los míos no derramaron ni una lagrima el año pasado al inicio de curso, entraban contentos y salían cansados pero igual de contentos. Era decirles que íbamos al cole y se ponían de lo mas alegres. Aunque he de deciros que este año no las tengo todas conmigo, no se si es que son mas mayores y ya se dan cuenta mas de las cosas pero ya no les gusta tanto separarse de papá o mamá.

A mi me pasaron unas recomendaciones de cómo sobrevivir al periodo de adaptación y aquí os las dejo por si os sirven, y la vuelta al cole se os hace mas llevadera:
"¿Se quedará contento? ¿Sabrá la educadora lo que mi hijo/a necesita? ¿Le harán daño los demás niños? ¿Comerá? ¿Podrá dormir si yo no estoy?....

Sin duda, éstas y otras preguntas resultarán familiares a todos los padres que “sufren” el período de adaptación de sus hijos a la Escuela Infantil.

Para que esta etapa transcurra felizmente, es fundamental que los padres sepan qué les esta pasando a sus niños y entiendan el por qué de sus conductas. Por ello trataremos a continuación, de aclarar algunos aspectos.


¿Qué es el período de adaptación?

Podríamos decir que el período de adaptación es el tiempo que cada niño necesita para sentirse seguro y confiado en su nuevo entorno, hasta llegar a aceptar voluntariamente la situación.

Durante ese tiempo, el niño debe elaborar la dificultad de separarse cada día de sus papás; tiene que aprender a reconocer la Escuela como un lugar seguro en el que se sienta protegido; tiene que adaptarse a nuevos horarios, niños desconocidos, personas diferentes, otras comidas, otras normas…

El niño comienza a ampliar su conocimiento del mundo y seguramente, por primera vez en su vida, deberá enfrentarse a una nueva situación, a solas con sus posibilidades, sin que sus papás estén presentes.

Ante esta circunstancia, no es de extrañar que los niños experimenten sensaciones de inseguridad, abandono, o desprotección.


Cambios conductuales

Como consecuencia de lo anterior, durante los primeros días, es posible que los niños modifiquen algunas de sus conductas. Lo más frecuente es que se muestren más llorones, nerviosos, que presenten alteraciones del sueño, cierta agresividad o cambios en los hábitos de alimentación. Todo ello es normal. Los niños todavía no tienen suficientes recursos expresivos, no hablan, y sólo pueden expresarse con los medios que tienen a su alcance, sobre todo el llanto.

Algunos niños, lloran poco pero se muestran retraídos, aferrándose fuertemente a la persona que va a llevarlos o recogerlos, y desarrollan conductas temerosas ante los extraños. Igualmente están expresando a su manera, la inseguridad que viven en esos momentos.


¿Quién se adapta?

Todos: niños, padres e, incluso, educadores.

La actitud de los padres es decisiva en este periodo. Sus temores, expectativas, seguridad o inseguridad en la Escuela elegida, y la confianza en las posibilidades del niño, van a determinar en gran medida la adaptación.

En este sentido juega un importante papel la culpa que generan muchos padres que, de alguna manera, sienten que están abandonando a sus hijos. Algunos perciben que cuando van a recoger a su hijo éste no les mira o no quiere jugar con ellos. Nada más lejos de la realidad. El niño está desando reencontrarse con sus padres y para él, igual que para ellos, en los primeros días, éste será el mejor momento de la jornada. Es posible que el niño esté cansado, o que tenga ganas de llegar a su casa donde se siente seguro…, cualquier cosa antes que pensar que el niño dedica a sus padres miradas de reproche o conductas “rencorosas”. Los niños pequeños no hacen esas cosas y no se puede adjudicar una actitud adulta a los procesos infantiles.

Cuando los padres llevan a sus hijos a la Escuela Infantil, deben pensar que están haciendo lo mejor por ellos. Les están ofreciendo posibilidades de socialización, de interacción con otros niños y adultos. Les introducen en un mundo que les ayudará a procesar y elaborar el egocentrismo propio de los niños pequeños, en el que aprenderán rutinas y normas que favorecerán el desarrollo de su autonomía y contribuirán a la formación de un autoconcepto positivo. Si, por el contrario, los padres viven la escolarización como un proceso angustioso, generador de culpa y ansiedad, no hay duda que transmitirán al niño sentimientos de inseguridad y abandono que no harán más que dificultar su adaptación.

Es fundamental que los padres tengan confianza plena en la Escuela que han elegido para sus hijos y mantengan contacto frecuente con las personas que la integran, sobre todo con aquellas que mantienen una relación más cercana con el niño.


Algunas pautas

- Durante el periodo de adaptación, en la medida de las posibilidades particulares, es conveniente que sean los padres quienes lleven y recojan a los niños. La presencia de papá o mamá ofrece seguridad.

- No caer en la tentación de no llevarle a clase algún día. Respetar al máximo los horarios y rutinas de la escuela.

- Al dejar al niño en la Escuela, la despedida debe ser breve. Un besito y un “hasta luego”, acompañados de una sonrisa y una expresión serena, es suficiente. Las despedidas interminables, los consejos y recomendaciones de última hora, quedarse mirando cómo el niño se va…, no consiguen más que hacer la despedida mucho más difícil.

- No hay que hacer ni decir nada que pueda hacer pensar al niño que el ir a la Escuela es algo opcional.

- El chantaje afectivo: “Si lloras, mamá se va muy triste”, hace mucho daño a los niños. El niño no llora porque quiere y si le culpabiliza de la tristeza de mamá, se sentirá muy mal.

- Las mentiras: “No me voy, sólo me quedo detrás de la puerta”, consiguen que el niño se sienta peor y genere desconfianza, a la vez que el adulto pierde credibilidad y autoridad.

- Si se considera necesario, es bueno que el niño lleve algún objeto de casa: un osito, una sabanita, un muñeco. Le ofrecerá seguridad.

- Durante el periodo de adaptación, hay que posponer cualquier cambio en la vida del niño: retirada de chupete, de pañal, cambio de habitación, pasar de la cuna a la cama…

- Es conveniente mantener un contacto estrecho con la Escuela, comunicando cuántos aspectos se consideren necesarios y escuchando los comentarios que la Escuela ofrezca a los padres. Compartir información favorece el éxito del proceso.

- Llorar es una forma de expresión en los niños y como tal debe ser entendida. Hay que permitir al niño que manifieste su malestar, mostrando comprensión y ofreciendo alternativas.

- Es bueno que en casa se hable sobre la Escuela, los otros niños, las educadoras, pero, en el caso de niños que ya han adquirido el lenguaje, no hay que agobiarles con preguntas. Se puede hacer algún comentario, pero hay que respetar los silencios de los niños, si los hubiera. Ya hablarán ellos cuando lo necesiten.”
Hasta aquí la entrada de hoy! Un beso y hasta mañana

4 comentarios:

  1. Estupendos los consejos para el período de adaptación.... y esque a todos nos cuesta adaptarnos a los cambios... un beso

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  2. Genial este post. Nosotros empezamos el lunes. Ya escribiré un post al respecto cuando pase nuestro periodo de adaptación pero me parecen unos sabios consejos.
    Gracias

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  3. Muchas gracias por los consejos, la verdad es que los peques lo están llevando bastante bien. El primer día flipante, pasaron completamente de nosotros. Aunque se contagiaron luego a llorar cuando hubo lloros generalizados.
    Sí que hemos detectado algún despertar nocturno más, pero no sé si ha sido la vuelta a la guarde, dientes, calor, o yo qué sé.
    Feliz vuelta al cole

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  4. Unos consejos muy buenos para estos dias en que los padres andan casi mas angustiados que sus hijos

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